Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram, WhatsApp y Oculus, está trabajando en una nueva red social basada en texto, que se integrará con Instagram y que tendrá como objetivo compartir actualizaciones oportunas sobre los intereses de los usuarios. El proyecto, que tiene varios nombres en clave como P92, Project 92 o Barcelona, se encuentra todavía en una fase inicial y no tiene fecha de lanzamiento.
¿Qué es P92 y cómo funcionará?
P92 es el nombre en clave de una red social descentralizada que Meta está desarrollando para competir con Twitter y otras plataformas similares. Según Moneycontrol, que publicó por primera vez sobre el proyecto en marzo de 2021, P92 permitirá a los usuarios publicar mensajes cortos de texto sobre temas de su interés, como noticias, deportes, política o entretenimiento.
La red social se integrará con Instagram, de forma que los usuarios podrán iniciar sesión en P92 con su cuenta de Instagram y seguir a los creadores y figuras públicas que ya siguen en esa plataforma. Además, podrán ver las publicaciones de P92 en sus historias de Instagram y compartir sus propias publicaciones de P92 en Instagram.
P92 será una red social descentralizada, lo que significa que no dependerá de un único servidor o entidad central para funcionar, sino que se basará en una red distribuida de nodos o servidores independientes. Esto permitirá a los usuarios tener más control sobre sus datos y contenidos, así como sobre las normas de moderación y privacidad que se aplican en cada nodo.
Según The Information, el proyecto está liderado por Adam Mosseri, el máximo responsable de Instagram, y cuenta con el apoyo del grupo de productos para compartir de Instagram, que se encarga de los Reels y las herramientas orientadas a los creadores.
¿Por qué Meta apuesta por una nueva red social?
Meta ha decidido crear una nueva red social por varias razones. Una de ellas es la oportunidad de mercado que se abre ante los vaivenes de Twitter, que ha sido adquirida recientemente por Elon Musk, el fundador de Tesla y SpaceX. La compra ha generado incertidumbre sobre el futuro de Twitter y ha provocado cambios importantes en su estrategia y su modelo de negocio.
Otra razón es la necesidad de diversificar sus fuentes de ingresos y reducir su dependencia de la publicidad online, que representa el 98% de sus beneficios. Con P92, Meta podría explorar otras vías de monetización, como las suscripciones o las propinas para los creadores.
Además, Meta busca posicionarse como un líder en la innovación tecnológica y la inteligencia artificial, aprovechando su experiencia y sus recursos para crear una red social más avanzada y personalizada que las existentes. Con P92, Meta podría utilizar su modelo de lenguaje generativo GPT-3, desarrollado por OpenAI, para ofrecer funciones como la composición inteligente o la respuesta inteligente a los usuarios.
Por último, Meta pretende mejorar su imagen pública y su reputación ante las críticas y los escándalos que ha sufrido en los últimos años por cuestiones como la desinformación, el odio o la privacidad. Con P92, Meta podría mostrar su compromiso con una red social más abierta, transparente y responsable.
¿Qué desafíos tendrá P92?
P92 no lo tendrá fácil para triunfar en el mercado de las redes sociales. Uno de los principales desafíos será conseguir atraer y retener a los usuarios frente a la competencia de otras plataformas consolidadas como Twitter o emergentes como Mastodon o Bluesky. Para ello, P92 tendrá que ofrecer un valor diferencial y una experiencia única a sus usuarios.
Otro desafío será garantizar la seguridad y la calidad de los contenidos que se publiquen en P92. Al ser una red social descentralizada, P92 tendrá menos control sobre lo que se comparte en cada nodo o servidor. Esto podría generar problemas legales o éticos si se difunden contenidos ilegales o dañinos.
Además, P92 tendrá que enfrentarse a las regulaciones cada vez más estrictas que se están imponiendo en el ámbito de las redes sociales, especialmente en la Unión Europea. P92 tendrá que cumplir con normas como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) o la Ley de Servicios Digitales (DSA), que exigen más transparencia y responsabilidad a las plataformas online.